Tenemos gobierno nuevo. Nuevas caras para las mismas políticas de ajustes, recortes y pérdidas de derechos. Va a cambiar la intensidad del tratamiento del shock y algunas lineas rojas se traspasarán. Otras ya fueron traspasadas.
De lo oído a Rajoy en el debate de investidura poca cosa. No recordamos un monólogo tan inútil en el que todo el mundo tuviera la unánime conclusión de que lo peor está por llegar y que ha decidido no dar explicaciones. La tónica general con la que ha ganado las elecciones sin decir esta boca es mía.
De los ministros, poca cosa. Un Lehman Brother para dirigir la economía, da una confianza en el futuro como para ir mirando donde emigrar. A esto le juntamos un fabricante de armas para defensa, uno arquea la ceja en gesto de estupefacción. Si además aparecen nombres como el de la señora del jaguar en el garaje es mejor que apaguemos y nos vayamos.Ana Botella, de rebote, de alcaldesa y la macedonia de frutas desterrada de Madrid.
Ha comenzado oficialmente el invierno. Curioso. Coincide con el primer día de Rajoy.
¿Cuantos años tardará en volver la primavera?
QUEDA INAUGURADO ESTE PANTANO
Empieza una nueva legislatura y ya han quedado marcadas cual van a ser las posiciones de cada cual.
Al parecer el PSOE está en pleno proceso de lifting político y va a proponer iniciativas legislativas la mar de curiosas. Curiosas no por su contenido, sino porque cuando han tenido la posibilidad real de aprobarlas, no han querido ponerlas sobre la mesa. A eso, además de un acto de cobardía política, se le llama demagogia. Me estoy refiriendo a la dación de pago, al que sobre una propuesta de IU, la mayoría de los diputados que hoy sientan sus reales en la bancada del PSOE votaron en contra hace menos de medio año.
No creemos que su cambio político hacia la izquierda sea sincero. Y no lo creemos porque han inaugurado este pantano con un pacto entre el PP-PSOE para excluir a la única fuerza política de izquierdas que puede alzar la voz de la coherencia ante tanto neoliberalismo. El haber excluido a IU de la Mesa del Congreso, a la tercera fuerza política de este país, es toda una declaración de intenciones de que nada cambia en este teatro bipartidista en el que tan cómodos se sienten algunos repartiéndose la alternancia.